Desde temprana edad, tenía una profunda sensibilidad hacia las emociones y sentimientos de las demás personas. Aunque por muchos años esa sensibilidad estuvo oculta por placeres inmediatos y distracciones que me alejaron de mi verdadero Ser.

Sin embargo, en mi interior siempre existió una insaciable curiosidad y una energía que me fue cruzando con gente maravillosa que me acompañó a volver a encontrar mi esencia, con diferentes terapias holísticas, chamánicas, budistas, entre otras, como así también lograr cambios de hábitos como la alimentación consciente, meditación mindfulness, yoga como estilo de vida. En este camino “la vida”, me declaré una aprendiz eterna y esa declaración (o nueva creencia, como quieras llamarlo), me llevó a poder identificar con más claridad qué caminos elegir para mi transformación. Después de quitar mucha oscuridad de mi vida, apareció el coaching ontológico, para recordarme para lo que era buena (escuchar y acompañar), cuál era mi propósito de vida alineado con mi misión.  

Cada experiencia fue una pieza fundamental en mi camino de autoconocimiento. Sin embargo, estoy segura de que no habría alcanzado este punto de plenitud si no hubiera explorado mi propia esencia, enfrentando mis miedos, oscuridades (para ver mi luz)  y abrazando mis desafíos. Este proceso de transformación personal me ha convertido en una acompañante íntegra, dispuesta a caminar a tu lado en tu propio viaje de crecimiento.